miércoles, 23 de diciembre de 2009

El reloj de pared anunciando las 6:23,
el pasado con sed, y el presente es un atleta sin pies.
Ya son las 6:43 y el cadáver del minuto que pasó,
me dice así se vive aquí te guste o no
y la nostalgia pone casa en mi cabeza, y dan las 6 con 50.
¿Quién te dijo que yo era el sueño que soñaste una vez,
quién dijo que tu voltearías mi futuro al revés?.
Ya son las 7:16 y el cadáver del minuto que pasó
me dice tu estrategia te arruinó no queda más
que ir aprendiendo a vivir sólo, si te quedan agallas...
La casa no es otra cosa, que un cementerio de historias,
enterradas en fosas, que algunos llaman memorias. Minutos,
como sal en la herida, se me pasa la vida gastando el reloj.
Minutos, son la morgue del tiempo,
cadáveres de momentos que no vuelven jamás.
No hay reloj que de vuelta hacia atrás.
Como duele gastar el instante en el que tu
ya no estás, como cuesta luchar con las cosas
que no vuelven más. ya son las 9:23 y el cadáver del minuto
que pasó, se burla de mis ganas de besar, la foto que
dejaste puesta en el buró. Mi soledad es tu venganza.
El ministerio del tiempo puso sede en mi almohada,
ahí te encuentro a momentos aunque no sirve de nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario